Conectividad
Puntos de acceso, medios de traslado y puntos de permanencia y proyección.
Otra expresión concreta del esfuerzo por disponer de una mejor conectividad lo vemos en Estados Unidos, que ha construido Phoenix; una nueva pista de aterrizaje sobre nieve compactada en Mc Murdo, diseñada para permitir la continuidad de sus vuelos que la unen con el aeropuerto de Christchurch en Nueva Zelanda y South Pole Station.
Las estaciones antárticas ofrecen facilidades de telecomunicaciones cada vez más seguras y potentes. Los tradicionales equipos de radio en alta, muy alta y ultra alta frecuencia; utilizados para vincular bases, buques, aeronaves y campamentos; son complementados, diría reemplazados por sistemas satelitales de transmisión de voz y datos.
La transmisión de imágenes y grandes volúmenes de datos en tiempo real hacia o desde la Antártida, es una realidad que evoluciona y se incremente a velocidad increíble.
Las dotaciones y tripulaciones acceden a internet en forma muy similar a la habitual en el resto del planeta. Esto les permite mantener en gran medida sus proyectos, hábitos, transacciones comerciales y relaciones familiares o afectivas.
Buques, aeronaves y grupos terrestres se desplazan guiados por eficientes sistemas GPS.
Equipos y dispositivos robóticos y automáticos pueden ser monitoreados y dirigidos desde puestos de mando y control fuera de la Antártida.

La nueva pista de aterrizaje sobre nieve compactada, en McMurdo.
También la Sociedad Civil dice presente. En los inicios de los 2000, un grupo de empresarios en Punta Arenas, Chile, se unieron para desarrollar un nuevo modelo de negocios para el turismo antártico: ofrecer una alternativa a la tradicional navegación desde Sudamérica a través del Pasaje de Drake.
La idea central consiste en combinar los medios de transporte Aéreo y Naval, organizando vuelos hacia la base Marsh, en la isla 25 de mayo, lugar donde los turistas abordan los buques ya en espera. Además de evitar la incomodidad que significa navegar a través del Drake, los pasajeros ganan cuatro días de tiempo.
La americana ALE (Antarctic, Logistic & Expeditions) ofrece trasporte aéreo, soporte logístico y guía para expediciones de aventura al interior profundo de la Antártida. En 1985, su predecesora, Adventure Network International – ANI, fue pionera en vuelos privados a la Antártida para ascender al Monte Vinson.
ALE comparte con Chile “Unión Glacier”, un moderno campamento y pista sobre hielo azul en 80° Sur. Utiliza aviones Ilushyn 76 de gran porte que parten desde Punta Arenas y otros tipo Basler BT67 y Twin Otter 300 para los vuelos internos.
Volviendo a los actores estatales y su ejercicio del Soft Power, la base estadounidense “Polo sur” es, sin dudas, el ejemplo paradigmático. Siendo la más avanzada tecnológicamente, alberga proyectos de investigación en extremo sofisticados e imaginativos, relacionados con astronomía (Súper telescopio), física de alta atmosfera y glaciología (Ice cube).
Anualmente, cientos de turistas y exploradores visitan la base a través ALE y Ultima Antarctic Expeditions arribando mayormente en avión; en menor medida en esquíes y otras formas de transporte.
Las ultimas estaciones construidas, Kunlun y Taishan (Chi- na), Ferraz (Brasil), Barathi (India), Halley VI (Reino Unido), Princesa Elisabeth (Bélgica), Concordia (Francia/Italia), Jang Bogo (Corea del Sur), Neumayer (Alemania) y Polo Sur (EEUU); han insumido importantes recursos y su diseño fue el resultado de exigentes concursos internacionales.
Junto a los nuevos buques rompehielos Aarón (Corea del Sur), RRS Sir David Attenborough (Reino Unido) y Huelong 2 (China) simbolizan la capacidad de gestión y visión estratégica de cada actor orientadas al Soft Power.